1 – Incentivar a los empleados
3 – Vestuarios con duchas
Contar con unas instalaciones adecuadas favorece que los empleados usen la bicicleta habitualmente para ir a la oficina. Cada vez es más común hacer deporte durante la hora de comer o antes de llegar al puesto de trabajo, por tanto, habilitar una zona con una pequeña ducha y un lugar para cambiarse es un gran paso, y beneficiará a todo el personal que practique algún deporte. Si bien es cierto que no se suda lo mismo cuando montas en una bicicleta convencional (sin motor) o una eléctrica, y que aquí el objetivo no es llegar el primero como si de una carrera se tratara, esta medida anima a coger la bicicleta con más frecuencia.
4 – Parking de bicicletas
Y cuando llego al trabajo, ¿dónde dejo la bicicleta lejos de los amigos de lo ajeno o en un sitio donde no moleste? Existe la posibilidad de aparcarla en el exterior instalando un soporte para estacionar las bicicletas con la ayuda de un candado de calidad, o bien de guardarla dentro del lugar de trabajo. En esta último caso, hay varias soluciones: los pies de bicicleta que son soportes individuales que mantienen la bici de pie o los soportes que van anclados a la pared para colgar varias bicicletas al mismo tiempo. Aunque si no quieres hacer una inversión en material, también se puede habilitar una sala para este uso. Esta medida sirve también para reducir las plazas de garaje destinadas al coche, que en muchas empresas supone un coste alto.
5 – Charlas de seguridad y movilidad
7 – Planificación de trayectos
Estudia cuál es el recorrido más seguro, rápido y cómodo para ir de tu casa al trabajo. Pídele a tu empresa que sea flexible con los horarios de entrada y de salida para evitar las horas de más tráfico y menos luz. Te recomendamos circular por carriles bici o zonas sin atascos. No obstante, hoy en día existen numerosas aplicaciones dirigidas a los ciclistas urbanos para facilitarles esta tarea: Bikemap, Naviki o Cyclers, entre otras.
8 – Certificado Cycle Friendly Employer
La Federación Europea de Ciclistas (EFC, en inglés) otorga esta distinción a las empresas e instituciones que favorecen los desplazamientos al trabajo en bicicleta. Para obtener el certificado CFE hay que realizar un test de autoevaluación, y si se aprueba, la compañía será sometida a una auditoría de calidad para valorar si finalmente cumple con los requisitos para obtener este sello con validez de tres años. Este certificado marcará la diferencia convirtiendo a tu empresa en un lugar comprometido con la movilidad sostenible y la mejora de la salud de sus empleados.
Si queremos revertir el problema de la huella de carbono a nivel global, todos debemos remar en la misma dirección y aunar esfuerzos. Por eso, al igual que Trek en 2021, presentó su primer informe de sostenibilidad, todas las empresas, sean grandes o pequeñas, pueden influir de alguna manera en la mejora de la sostenibilidad y la salud de los ciudadanos. Y una de las soluciones sencillas a estos problemas complejos es, sin duda, la bicicleta. Por tanto, desde Trek animamos a las empresas a que fomenten su uso como medio de transporte para ir al trabajo, además de como herramienta para llevar a una vida activa.